En el ámbito internacional se considera esencial que, en las intervenciones dirigidas a las personas en riesgo o situación de dependencia o discapacidad, se aplique una atención que esté integrada y que en la intervención se practique el enfoque de atención centrada en la persona. Esto implica un cambio de paradigma que afecta a agentes y profesionales que trabajan en estos ámbitos: salud, discapacidad y envejecimiento.