Diabetes Mellitus un Enfoque Multidisciplinar
La diabetes mellitus es una enfermedad con una gran prevalencia en la población general, especialmente en los pacientes geriátricos por los cambios propios del envejecimiento en la función pancreática.
Llega a afectar a un 30% de la población mayor de 75 años, y en aproximadamente un 10% puede existir de forma silente. Su presencia tiene una alta relación con el incremento de riesgo cardiovascular y debe considerarse de diferente manera al diabético que envejece con un alto riesgo de complicaciones micro y macroangiopáticas, al que debuta la enfermedad con una menor expectativa de vida, aunque muchas de las complicaciones se vienen produciendo desde años previos al diagnóstico.
La retinopatía diabética es una causa relevante de ceguera y las alteraciones neuropáticas pueden provocar dolor crónico, afectando en gran manera la calidad de vida del individuo. Existe una clara relación entre la presencia de diabetes con deterioro cognitivo y trastornos depresivos, fragilidad , malnutrición, así como un aumento de complicaciones y de la estancia hospitalaria en aquellos pacientes con peor control metabólico.
La colaboración entre diferentes sociedades científicas ha culminado con la elaboración de un protocolo de tratamiento en la diabetes mellitus tipo 2 (1), que tenga en cuenta la heterogeneidad de los pacientes ancianos, enfatizando en objetivos centrados en las personas y no en la enfermedad, adecuando las intervenciones a los objetivos asistenciales en función de la capacidad funcional, expectativa de vida y comorbilidades presentes. Vaya el realizar un traje a medida del paciente y no sólo teniendo en cuenta las guías de práctica clínica.
Este esfuerzo compartido debe ser el inicio de una colaboración más estrecha entre los clínicos, para plasmar de forma real la multidisciplinariedad, estableciendo el manejo de las diferentes patologías crónicas a las peculiaridades del paciente anciano, con sus diferentes comorbilidades y tratamientos asociados.
Las recomendaciones de los grupos de expertos en patologías crónicas (hipertensión arterial, dislipemias, diabetes) progresivamente van disminuyendo los niveles de diferentes parámetros biológicos, por lo que se producen las llamadas epidemias silenciosas, incrementando la prevalencia de los distintos factores de riesgo en la comunidad. Las medidas de intervención sobre riesgo cardiovascular, definido como la probabilidad de aparición de un evento cardiovascular a 10 años, implica una actitud cada vez más intervencionista, con los problemas de seguridad que conlleva, especialmente en aquellas personas con una expectativa de vida más corta, y estando escasamente incluidas en ensayos clínicos.
Por todo ello el disponer de una herramienta multidisciplinar y consensuada, marcando unos objetivos acordes a la clasificación del paciente geriátrico y enfatizando en aspectos como la funcionalidad y expectativa de vida es de agradecer.
“No basta con alcanzar la sabiduría, es necesario saber utilizarla.”
Ciceron (106-43 AC)