Etxean Ondo Residencias – la experiencia Rezola
Estas dos últimas semanas, nuestros compañeros han realizado dos entradas en nuestro blog en la que nos han contado en que consiste la aplicación del Modelo de Atención Centrado en la Persona a través del Proyecto Etxean Ondo y por otro lado, la experiencia concreta de la implantación de dicho modelo en el Centro Fraisoro.
Nuestra experiencia comenzó en marzo de 2011 en una Unidad del Centro de Día y en septiembre del 2012, en una Unidad de Convivencia de la zona residencial y en este post vamos a tratar de explicaros nuestra experiencia centrándonos en dos aspectos básicos que marcan el desarrollo de la Atención Centrado en la Persona en nuestro modelo de atención: La Historia de vida y Las Actividades Cotidianas.
La Historia de Vida.
Conocer la Historia de Vida de las personas, es imprescindible para poder proporcionar una atención integral y centrada en la misma. Conocer los gustos, aficiones, costumbres, etc. de las personas que atendemos facilita dar una atención individualizada y respetar su trayectoria de vida. Cada persona es única y por tanto su atención deberá ser acorde a ella misma.
Comprender sus necesidades diarias permite planificar, junto con la persona, los cuidados a prestar. Además puede servir para apoyar a la persona mayor en su toma de decisiones.
Para empezar con este proyecto, en el Centro, se recogieron las historias de vida de cada una de las personas que iban a participar en esta experiencia piloto. Aunque era una práctica en nuestro modelo de atención de la recogida de parte de esta información, es a partir del inicio del proyecto cuando comienza a realizarse de más exhaustiva, apoyándonos, para ello, en un cuestionario inicial diseñado para tal fin, a través del cual nos resultaba más sencillo detectar necesidades cotidianas a las que poder dar respuesta, ya que, no tiene sentido recoger información, si la información recogida no va a repercutir favorablemente en la persona que atendemos.
Actividades de la vida cotidiana
Para todo el personal del centro era imprescindible, garantizar la puesta en marcha de intervenciones relacionadas con la vida cotidiana, acordes con los gustos y preferencias de cada uno de los usuarios, en consonancia con su historia de vida.
Estas actividades tienen como objetivo promover la autonomía y el bienestar de las personas que participaban en el proyecto, independientemente del grado de dependencia funcional y/o cognitiva que presentasen.
Por ello, en Rezola, a lo largo de estos dos últimos años, se han puesto en marcha diferentes actividades cotidianas (cocinar, salir a la compra, salidas al exterior, trabajos de jardinería, etc.), que han permitido satisfacer las necesidades detectadas con anterioridad.
A modo de ejemplo, en el siguiente cuadro se presenta, las diferentes habilidades a trabajar a través de cada una de las actividades cotidianas desarrolladas en el centro.
Tras nuestra experiencia queremos trasladaros las primeras conclusiones a las que hemos llegado el Equipo del Centro:
- Con la recogida de la Historia de vida se ha podido obtener información relevante en relación con la trayectoria biográfica, favoreciendo un trato más personalizado y contribuyendo a mejorar la autoestima y satisfacción de las personas. Se considera que la Historia debe ser ampliada y mejorada a través del trabajo individualizado de los profesionales en el día a día.
- La puesta en marcha de intervenciones asociadas a las características y preferencias de las personas mayores conlleva el desarrollo de modificaciones organizativas y ambientales de los centros y cambios en las pautas de actuación de los profesionales.
- Mediante las actividades cotidianas centradas en los gustos, aficiones y preferencias de la persona se busca un aumento del compromiso y el interés en la realización de las actividades, menor presencia de conducta pasiva y una mayor gratificación obtenida gracias a la participación en el programa.
- La implantación de algunas de las actividades cotidianas, consideradas en muchas ocasiones como simples, tiene un gran valor terapéutico y debe realizarse como intervenciones profesionales por parte del personal cuidador debidamente formado e implicado.
Una vez más se demuestra que sin la formación e implicación del personal, sería inviable esta manera de atender y acompañar a las personas de nuestros centros.
¡Entre TODOS hacemos este proyecto una realidad!