Modelo de atención centrada en la persona. Cuadernos prácticos. Cuaderno 1. La atención centrada en la persona. ¿En qué consiste?
En estos últimos años se aprecia en el sector de servicios de atención a personas mayores un interés creciente por la Atención Centrada en la persona (ACP).
Aunque la ACP es ya desde hace varias décadas un enfoque internacionalmente reconocido como uno de los ejes que deben estar presentes en una atención de calidad, no siempre queda claro lo que significa e implica en cuanto al concepto y organización de la atención.
Este primer cuaderno pretende clarificar qué es la ACP y qué supone en la atención cotidiana dispensada. Para ello, en un formato abreviado y de sencilla lectura, se destacan algunas ideas claves y sus principales apuestas en el diseño de los servicios y la prestación de la atención.
Se destaca la idea de que la atención centrada en la persona es un modelo profesionalizado que busca cuidar apoyando que las personas puedan seguir teniendo control en su entorno, en sus cuidados y en su vida cotidiana, desarrollando sus capacidades y sintiéndose bien. Un modelo profesionalizado que busca aumentar la calidad de la atención desde dimensiones relacionadas con la calidad de vida.
La ACP se aleja de modelos de cuidados tradicionales donde la atención viene determinada por procedimientos uniformes derivados de necesidades asociadas a clasificaciones de enfermedades y grados de dependencia y por condicionantes organizativos (lo que en ocasiones se ha denominado como modelos de atención centrada en los servicios).
Apostar por la ACP en un recurso y hacerla efectiva implica, en primer lugar, una visión de las personas mayores que parte del reconocimiento de su valor y singularidad, que fija su mirada en las capacidades (frente a los déficits) y que apoya la autodeterminación de los individuos.
En coherencia a esta visión, la ACP orienta hacia una buena praxis donde los y las profesionales de atención directa, además de proteger a las personas y atender sus necesidades diversas, se convierten en “empoderadores” de las personas usuarias. Los y las profesionales se relacionan desde el conocimiento de las historias de vida y desde la escucha, buscando oportunidades y apoyos para que cada persona usuaria pueda desarrollar sus capacidades, tener control sobre su vida cotidiana y, en consecuencia, sentirse mejor.
Una buena praxis profesional donde el entorno y la provisión de apoyos ejercen un papel primordial. Los entornos hogareños y accesibles, las actividades significativas, las relaciones familiares y sociales, la cercanía a la comunidad y la flexibilidad organizativa se convierten, desde enfoque, en elementos imprescindibles.
Cuaderno 1: http://www.matiafundazioa.net/documentos/ficheros/publicaciones/1.euskera-castellano.pdf