Reflexiones de una enfermera sobre como cuidar desde el Modelo de Atención Centrado en la Persona
Cuidar…, esencia de la enfermería.
Cuando hablamos de cuidar, las enfermeras lo hacemos con una visión holística de la persona, garantizando el bienestar físico, psíquico y social del individuo, la familia y la comunidad. Y esto lo hacemos no solo con el manejo y conocimiento de técnicas y planes de cuidados en la curación, promoción y prevención de la salud, en lo que somos diestras, sino también ayudando al otro a crecer y a realizarse, a afrontar las dificultades propias de la vida de forma capaz y comprometida desde diferentes marcos teóricos que nos orientan en esta tarea.
Si hablamos del modelo de atención centrado en la persona mayor, desde enfermería hablamos de esto, de promover mejoras en el ámbito de la salud que influyan sobre la calidad de vida y el bienestar de la persona, respetando en todo momento sus derechos, dignidad, intereses y preferencias y haciéndole participe y persona activa en la planificación y ejecución de sus cuidados, no solo con la finalidad de curar en la enfermedad, sino también con la idea de promover buenos hábitos y estilos de vida así como en la prevención de enfermedades y/o complicaciones en aquellas personas con enfermedades crónicas.
Una herramienta muy valiosa que nos aporta este modelo es así mismo, el mayor conocimiento de las personas, ya que solo conociéndolas bien podemos entender que es para ellas estar y sentirse bien cuidadas y de esta manera podemos hacerlo desde su percepción de la salud y desde los propios intereses de la persona atendida, garantizando así mismo unos cuidados de calidad en todas las dimensiones de la persona.
Pero esto no se queda ahí, ya que la intervención de enfermería va más allá, porque la enfermera es la proveedora de formación e información a las personas que cuidan, tanto a los cuidadores informales, como a los profesionales de atención directa que atienden a las personas en unidades o centros residenciales de todos aquellos aspectos encaminados a favorecer un estado optimo de salud, bienestar y calidad de vida de las personas cuidadas, así como de las suyas propias, ya que es muy difícil cuidar con criterios de calidad si uno no sabe cuidarse a si mismo.
Por otro lado, cuando nos hablan del modelo, se pueden generar desconfianza por parte de algunos profesionales de las salud que entienden que se pueden correr riesgos por respetar las decisiones de las propias personas o dejar en manos de los cuidadores de atención directa algunas decisiones que entienden como propias, y nada más lejos de la realidad. Es aquí donde el profesional enfermero puede desarrollar una amplia labor como docente y formador para una adecuada provisión de cuidados, explicando muy bien donde están los límites y desarrollando al máximo las capacidades para el cuidado y el auto cuidado de las personas que atienden y que son atendidas.
El profesional de enfermería debe por tanto mantener una actitud crítica y reflexiva frente a la realidad de las personas y sus derechos, garantizando así la aplicación de cuidados con calidad y sensibilidad, ayudando a generar, junto al resto del equipo multidisciplinar que participa en la atención, (cuidadores, psicólogos, psicólogos, terapeutas ocupacionales.), el impacto necesario para generar el cambio en el modelo de cuidado a las personas mayores, ya que todos somos herramientas indispensables centros de este modelo.
“Para curar hay que conocer la enfermedad, para cuidar hay que conocer a la persona” (Nájera)