Relación entre el nivel de actividad física y la capacidad cognitiva en personas mayores autónomas que viven en la comunidad

El aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población conlleva un incremento de la incidencia y prevalencia de determinadas enfermedades. Entre el año 2011 y el 2050 se espera que la población mundial de 65 años y más se multiplique por tres, pasando de 524 a 1510 millones de habitantes.

El envejecimiento viene acompañado de una serie de cambios fisiológicos que llevan a una pérdida progresiva de adaptación a las demandas del medio y a un aumento de la vulnerabilidad. Por una parte, se producen cambios en la composición corporal, con un aumento de la masa grasa junto con la reducción de la masa magra y ósea.  Por otro lado, también está unido a otros factores como la depresión, el deterioro cognitivo y el declive visual, entre otros, que conllevan la pérdida de independencia y capacidad funcional.

Las investigaciones acerca de los efectos del ejercicio físico en la mejora del bienestar de las personas mayores se han centrado principalmente en los beneficios fisiológicos. De hecho, los programas supervisados de ejercicio físico multicomponente (fuerza, resistencia, equilibrio y flexibilidad) se han mostrado eficaces en la mejora de la condición física de las personas mayores. Sin embargo, es más escasa la literatura que ha estudiado el papel que juega el ejercicio físico en los aspectos psicológicos de quienes lo practican. A pesar de ello, existen estudios que sugieren que realizar ejercicio físico produce una mejora en la capacidad cognitiva y el bienestar psicológico de las personas mayores.