De acuerdo con los datos publicados hasta el momento, la pandemia originada por la COVID-19 ha afectado gravemente a las personas mayores, especialmente las que viven en los centros residenciales. La vulnerabilidad y el mal pronóstico de la enfermedad en este grupo de población han llevado a la implementación de medidas preventivas más restrictivas de confinamiento, aislamiento y distanciamiento social que en cualquier otro grupo, acompañadas de actitudes edadistas determinantes en cuestiones esenciales como el trato o el acceso a servicios por parte de personas mayores.