Ciudadanía activa: respuesta al edadismo desde el papel social de las personas mayores
La discriminación por razón de edad se considera hoy uno de los grandes retos del siglo XXI, aún más relevante después de lo sucedido tras la crisis de la covid-19. Esta pandemia (o sindemia) han acentuado la exclusión y los prejuicios contra las personas mayores y ha aumentado la brecha entre generaciones. Según la Organización Mundial de la Salud, abordar la discriminación por motivos de edad es fundamental para crear un mundo más igualitario en el que se respete y proteja la dignidad y los derechos de todos los seres humanos.
El presente capítulo examina este reto, que supone un importante cambio de las políticas públicas en torno al envejecimiento, que han de pasar de un planteamiento basado en el bienestar y la protección como ejes estáticos a replantear una política basada en las nociones de autonomía, pertenencia, inclusión y ciudadanía activa.
Este último concepto emerge de las políticas de envejecimiento activo, que ponen el foco en los derechos de las personas mayores como sujetos activos de la sociedad, y del contexto social, donde las nuevas generaciones de mayores desempeñan nuevos papeles y ocupan nuevos espacios, reclamando el mantenimiento de la identidad individual y el trato igualitario.